existencialismo

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Un día de aquellos donde la brisa diáfana de la vida cubre suavemente con su frescura los rostros de los niños jugando en los parques, en donde el atardecer sutilmente nos invita al ensueño y a la reflexión y con vehemencia jugamos en nuestras mentes, nuestras pequeñas mentes, a ser los padres de nuestro destino y ver porvenires mayores fuera del alcance de los mas ilustres poetas. Un día de esos (ah! Balzac, cuanto te odio, jajá ) venia caminando y platicando a toda madre con una amiga, al cruzar la calle y como buen caballero (eso dicen) me cambie de lugar, de forma que ella quedara del lado de la pared ( nunca he entendido esta costumbre, ha de ser por si sale un chingado perro y asi ponerme a resguardo rápidamente) cuando en el cambio…

Amigadeyo: (platicando) entonces… este... (Voltea a donde estaba)... ehh... ¡a chinga!, ¡donde estas cabrón!

Yomero: (viendo donde ella me buscaba) no lo se…

En ese momento, se desarrolla una angustia que ni el Maestro Sartre pudiese imaginar alguna vez. El tiempo se detiene, el aire se envicia de una extraña zozobra, una perdida de realidad y a la vez la naciente ficción del yo extraviado, de la pérdida de mi yo, ausencia nada más…

Amigadeyo: (volteando a mi nueva y “estratégica” posición) ay pendejo, para que te me escondes, ya te encontré.

Yomero: (sintiendo alivio al ver que me miraba) gracias por encontrarme, me cae que si me preocupe.

De esta manera, ya ubicados, seguimos caminando, absortos en nuestra finísima conversación, que si la golpiza del fabiruchis que si nos chingamos un café y el paradero de la mítica chingada (muestras arqueológicas de un cabrón que mande ahí indican que queda cerca de su casa, lo se por que después de mandarlo a la chingada lo encontré retando morritos en el King of fighters 2002 y con Rugal, asco de cabrón) y así seguimos nuestro camino hacia ese mítico lugar dejando atrás ese momento de perdida del yo, tan existencialista.

Gracias por leerme desocupado lector; próximo libro. La guácara ( algo así como la nausea, pero con un final, mas “gore”) buena vibra!

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