la cocina del alma.




El mejor café que he probado hasta el día de hoy, lo probé en Oaxaca, recuerdo hasta donde puedo el lugar, la caminata entre los cerros para llegar a la casa del abuelo de mi amigo, el frío, las cascadas y que dentro de su casa habían varias hojas de tabaco secándose cerca de una maquina muy siglo 19, ósea, como de la época del porfiriato, también recuerdo que ha sido el agua mas fría en la que me he metido, salía de una gruta cayendo en cascada para embalsarse a pocos metros de ahí (inclusive flotaban hielitos alrededor del embalse) salí morado como barney y lo ultimo que recuerdo es que casi pierdo un ojo cuando me resbalé y si no hubiera sido por el movimiento que hice de forma casi inconsciente lo daba por perdido, ya que me raspé a milímetros del ojo con un pedazo de vara bastante puntiaguda que salía del suelo, tenia 11 años y recuerdo todo eso por un café.


Obvio es que he probado muy buenos cafés, desde colombiano (mmm yomi, yomi.. perdón, me refiero al café en grano) hasta el que es de un pueblito de Veracruz que en este momento no recuerdo, si a veces esta acompañado de alguna experiencia es casi seguro que se queda por siempre en mi memoria, espero y no lo confunda estimado lector, pero me refiero a todo el acto que encierra la experiencia del café, comida o lo que sea y no a la calidad ( entiéndase calidad por como se entiende en estos días, que depende mas de lo caro que te costó, que de la calidad misma) del mismo, ya que podría poner como ejemplo las mejores tortas de frijol que he comido en mi vida, debido principalmente a la ecuación; hambre + un chingo = a un chingo de hambre, fue en un retiro espiritual a mis 15 años (mi época donde pertenecía a la vela perpetua… escaneando auto-albur… ¡vergas!; me ensarté) después de un día de alabanza alabancera terminé por robarme una lata de frijoles y unas tortas que comí junto con mis en ese entonces, hermanos del alma (que en este momento no se donde ñongas están)


Pero últimamente me ha pasado algo curioso, que seria fácil llamarlo como un simple melindre, más creo, encierra algo de mayor peso, ando inapetente ósea falto de apetito, no me mal interpreten, cómo –de comer- diario, tampoco soy tan pendejo o tan Emo como para dejar de comer, sin embargo creo que hay algo que estoy perdiendo de vista por así decirlo.


No digo todo esto por que acabe de leer la novela El Perfume o visto la película inspirada en el mismo libro, como se podría interpretar viniendo de este villamelón de la cocina (que por cierto, quien no los haya checado, no desaprovecharían su tiempo al hacerlo, aunque en películas prefiero la de sideways traducida aquí como Entre Copas) sin embargo algo trae de esto y es que a mi como a todos ustedes el amor me entra por el estomago (sin albur. Puercos) y por la nariz, por eso no acostumbro comer en una misma cocina, o en las fast food que les gusten, llámense hamburguesas, pizzas, chinese food y el gran etc que derivan de esto. no como mucho ahí (también pondré de pretexto algunos precios risibles para lo que componen el menú, risibles de risa nerviosa y acalambrada, no de burla) todo me sabe a lo mismo, todo tiene ese sazón impersonal para agradar a las masas que de tanto probarlo, termina por saber a nada, luego éste sabor a nada, hace que se oculte el olor de la comida que es junto lo con la vista lo que nos despierta el apetito, el verdadero apetito, no es lo mismo que te tomes un café hirviendo recién tostado sacado de una antiquísima olla de barro entre el frio de la montaña mirando por esa casita de tres paredes, con tabaco como guirnaldas en el techo y todo el cafetal a tus pies con sus hojas verdes y sus granos rojos en medio de una humedad y una bruma tranquila, tenue, que desdibuja lo que le sigue como viéndolo a través de un ensueño mientras le das sorbos contemplando el tiempo que se toma la tierra en darte lo que tienes; a que pidas una fucking royale whit chesse, una whopper o un tempura en el establecimiento de tu preferencia, te lo comas con la prisa que el trabajo te exige, pagues y te muevas a la verga de ahí. No es lo mismo.


Tampoco hablaré mal de las cadenas estas, pues sus combos de 35 pesitos me han matado el hambre en varios estados de la república y que los prefiero a unos tacos de difteria con salsa de salmonelosis y mal de la vaca loca en la calle, este es el desmadre, todo buen principio tiene un buen final, me explico, cuando alguno de ustedes dos lectores se sienta a cagar, siempre es mas placentero tomarse su tiempo que hacerlo en menos de lo que usaint bolt corre diez metros (pista .98 segundos) lo mismo tendría que suceder con su principio, comer con tiempo debería de ser gratificante y es que ahora, lo que se supone algo de ultimo recurso como es la fast food (por algo el nombre), ahora se ha convertido en el primer recurso o inclusive en una comida de “premio”, donde familias se encuentran para degustar comidas sin –por así decirlo- alma, dejando a un lado la tradicional comilona casera.


Entonces, mi apatía reciente a la comida viene de aquí, les confieso algo, me gustan los programas de comida, creo que son estos los que mas veo en “la caja” y en algunas ocasiones e intentado hacer algunas recetas, pero últimamente todo es comida para llevar, y para colmo corrida (espero y los dueños no sean españoles, por que si es así… que puto asco) y de “premio” llevé a mi hija hace poco al Mc Donald´s y donde compartí mesa con otros padres igual de “compensadores” que su servidor, de aquí viene mi disgusto, y de que el domingo compré un mole que era cualquier otra cosa, pero que de mole no tenia nada, agua con chile y grasa con una pieza de pollo (o gallina vieja por que estaba durísima la carne) el lunes, unos tacos al pastor, el martes sopa de verduras con algo como carne y hoy el recalentado de una comida que, como diría el buen don Cervantes, databa de un día, del cual no quiero acordarme y esta.. Ya no me la comí.


Para cuando lean esto, voy hacer un cambio en mi modus operandi, no pienso cambiar todos mis hábitos de un día a otro, por que estos también dependen de un horario y de muchas otras circunstancias, pero lo que casi les puedo asegurar es que un día a la semana, solo un día le dedicaré a una buena comida, algo así chingón, con alma, con olor, con presencia y si termina sabiendo bien, pues que mejor, se me antoja hacer algo que no he hecho, hacer por ejemplo mi propia pizza para comenzar, o alguna pasta seca acompañada de algún queso y aceitunas, no se, espero y me puedan dar alguna ayuda y si esto les interesa también les hago la invitación a que traten, yo antes lo hacia, no se que me pasó (psst, psst, ulysses, te casaste guey… jajaja, no es cierto :P) pero también retomaré el camino del slow food, con suerte no sea yo el único.




nos vemos, cocinando.

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