A los 9 años aprendí que mi profesora sólo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta. A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro niñas al mismo tiempo . A los 12, aprendí que, si tenía problemas en la escuela, iban a ser más grandes en casa. A los 13, aprendí que cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi mamá me mandaba a ordenarlo. A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque las frustraciones de mi papá eran mayores y su mano más pesada. A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños. A los 25, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mamá cuando estaba comiendo algo preparado por mi esposa. A los 27 aprendí que el título obtenido no era la meta soñada. A los 30, aprendí que cuando mi esposa y yo teníamos una noche sin los niños pasábamos la mayor parte del tiempo hablando de ellos. A los 33, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún moti