Temores.

   Hoy le pedí a una señora de edad que pusiera su firma en un documento, me dijo que no sabía firmar, que no sabía escribir, entoncesle dije, tome el lapicero y marque con una equis sobre la línea, un tache no debe de ser difícil –insistí para que se animara y para que no se manchara al poner su huella-, la señora miró con temor y vergüenza el lapicero y me repitió, es que no puedo.  Quedé impresionado, no le insistí, no tenía caso, y más que pena, sentí mucha tristeza, tal vez por que a veces así somos todos con todas las cosas, podemos, pero no tenemos el valor y con el tiempo; el valor para hacer las cosas muere y quedamos vivos, pero derrotados, no se que le habrá pasado en la vida a esa señora, pero les puedo asegurar que mucho de lo que le pasó para ser así, no fue su culpa.

He visto hacer cosas muy temerarias a gente que a veces no tiene el valor para pedir una disculpa, pueden atravesar uno, dos estados para lograr una proeza, pero no pueden cruzar su ciudad para visitar a un familiar, a un amigo, pueden hacer tantas cosas, pero no pueden hacer nada por aquello que secretamente desean, por que sienten que no podrán hacerlo, como si aquello que quisieran fuera simplemente fuera imposible, aunque a los ojos de otro es tan simple como poner una equis en el papel.

Espero y el cambio de lo que noto lo pueda realizar y que aunque se que es difícil, no es imposible y si acaso es imposible, no cae en lo inintentable (o mejor dicho, que ni siquiera se pueda intentar) tengamos el valor aunque sea de intentarlo, es nuestra vida, bien le contaba la otra vez a un amigo sobre un desdichado: fue tan temerario que hizo lo que nadie pudo, pero tan cobarde que no hizo lo que siempre deseó.

Saludos.

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